Estuvo listo Take Kubo, tanto como suele estarlo sobre el césped, cuando después de firmar su ampliación de contrato con la Real Sociedad hasta 2026, con la cláusula de 60 millones de euros que ya tenía en su compromiso anterior, afirmó que, “espero que esta no sea la noticia de la semana”. Se refería, por supuesto, a una buena noticia, y también, sin decirlo, al partido de ida de los octavos del final de la Champions que su equipo juega el miércoles en el Parque de los Príncipes de París, frente al PSG de Kylian Mbappé, en una situación diferente a la que había el día del sorteo. Desde entonces, el conjunto francés ha vencido en ocho de sus nueve partidos, mientras la Real solo ha ganado cuatro de once.

El equipo donostiarra, que se resiente en la Liga por el esfuerzo de afrontar tres competiciones, metido como está también en las semifinales de Copa, pasa pantalla y afronta con optimismo el envite europeo, pese al tropiezo del sábado en Anoeta ante Osasuna (0-1). Imanol Alguacil, que optó por alinear un equipo sin alguno de sus pesos pesados, después de haber jugado cuatro días antes contra el Mallorca, y con la perspectiva parisina por delante, tendrá, posiblemente, que seguir resignándose a la ausencia de Mikel Oyarzabal en el equipo para el miércoles.

El delantero eibarrés sigue sin entrenarse, con molestias en la rodilla, después de tener que retirarse del campo en los últimos minutos del partido frente al Girona en Montilivi. La suya es, posiblemente, la baja más sensible que puede tener la Real Sociedad, que empieza a acusar la falta de gol. El capitán estaba siendo el jugador más incisivo del equipo, y sin él, la escuadra txuriurdin, que llega siempre con soltura hasta las inmediaciones del área rival, se atasca.

Ante Osasuna, la Real registró tres tiros a portería, por dos del rival, que marcó un gol, y el portero contrario solo tuvo que intervenir en una acción peligrosa, para desviar el remate de Kubo en la primera parte. Precisamente, en la puesta a punto del japonés confían los responsables técnicos de su equipo, ya que André Silva no ha encontrado todavía el camino y Sadiq, tampoco. Antes de irse a la Copa de Asia, Kubo había marcado cinco goles en los primeros siete partidos de Liga, pero después estuvo sin anotar desde el 30 de septiembre hasta el 9 de diciembre, fecha en la que consiguió su último gol.

El lastre goleador ha tenido consecuencias en la clasificación liguera, después de que la Real haya sumado solo siete de los últimos 21 puntos en juego. Ahora mismo es séptima, fuera de los puestos europeos –porque una plaza de la Europa League está de momento reservada para la Copa–, y el Betis le ha superado.

Pero la Real no es un club que se inquiete por una mala racha. Lo comentaba Jokin Aperribay, su presidente, en su comparecencia tras la renovación de Kubo. “No es un problema de reaccionar y yo estoy muy tranquilo”, apuntó. “Va a ser un mes lleno de experiencias. El equipo está con muchas ganas. Estamos jugando mejor que el equipo que tenemos enfrente y no hemos marcado. Eso solo se supera con trabajo”.

Para Aperribay, “estar en tres competiciones a estas alturas no es fácil. Siempre es más fácil cuando focalizas los esfuerzos en un solo frente. Buscábamos esto y vamos a París con mucha ilusión, pero también al siguiente de liga contra el Mallorca y a la Copa”. Es más, “a todos nos gusta ganar, pero soy muy defensor del día a día y de no meter más presión. Si estamos en un febrero que nunca ha tenido la Real antes, por querer estar en cuartos de Champions, por querer estar en una final de Copa, por estar en posiciones europeas en Liga, quiere decir que el equipo lo está haciendo muy bien”.

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