Funcionarios rusos denunciaron el lunes los comentarios del presidente francés, Emmanuel Macron, de que Moscú se estaba volviendo subordinado a China, diciendo que los países occidentales necesitaban acostumbrarse a un mundo impulsado por los estrechos vínculos del Kremlin con Beijing.

Las críticas rusas se han centrado en una entrevista que Macron concedió al diario parisino l’Opinion en la que denunció el aislamiento del Kremlin provocado por su invasión a Ucrania hace más de 14 meses.

“(Rusia) ha entrado de facto en una forma de vasallaje con China y ha perdido el acceso al Báltico que era esencial para ella porque precipitó la decisión de Suecia y Finlandia de unirse a la OTAN”, dijo Macron en el diario.

«Era impensable hace dos años».

La controversia pareció centrarse en las conversaciones en Moscú en marzo entre el líder del Kremlin, Vladimir Putin, y el presidente chino, Xi Jinping, durante las cuales dijeron que estaban profundizando su asociación estratégica al entrar en «una nueva era» de relaciones.

El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que la relación de Rusia con China era la de un socio estratégico y no tenía nada que ver con la dependencia.

El viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Alexander Grushko, dijo que París se había preocupado por el fortalecimiento de las relaciones de Moscú con China y los cambios que esto implica para el orden mundial.

“Occidente parece generalmente asustado por la formación de un verdadero sistema multilateral de relaciones internacionales ante nuestros ojos, un sistema que incluye varios centros independientes separados, en particular Rusia y China”, escribió Grushko en un comunicado publicado en el sitio web del ministerio.

“En este panorama global cambiante, es inevitable que E. Macron, junto con otros líderes occidentales, tenga que aceptar la realidad de relaciones fuertes, justas y de respeto mutuo entre Moscú y Beijing”.