El exlíder israelí, Ehud Olmert, ha manifestado en una reciente entrevista su dura crítica hacia la administración actual de Israel, liderada por Benjamín Netanyahu. Según Olmert, «Netanyahu y su gabinete no representan a la población israelí», una declaración que destaca la división interna en el país. Olmert, quien estuvo al mando entre 2006 y 2009, ha adoptado un rol activo en la promoción de un acuerdo de paz junto al diplomático palestino Nasser Al Qudwa, liderando una iniciativa que busca resolver el conflicto en la región.
Durante un evento multitudinario en Jerusalén, al que asistieron más de 5.000 personas, Olmert subrayó la importancia de trabajar hacia un acuerdo basado en la solución de dos estados. «Muchos en Israel apoyamos el acuerdo basado en dos estados, pero no somos mayoría. Las cosas cambiarán cuando haya otro gobierno», afirmó. Según el ex primer ministro, es crucial mantener viva la posibilidad de la paz para que en un futuro las condiciones políticas permitan un cambio.
Opiniones sobre la gestión del conflicto en Gaza
Olmert también reflexionó sobre la prolongada guerra en Gaza, que ha dejado una estela de destrucción y pérdida de vidas. Considera que, desde un punto de vista militar, Israel logró sus objetivos hace más de un año, pero lamenta que la guerra se haya prolongado innecesariamente debido a la falta de liderazgo y voluntad política por ambas partes. «Hace un año, un acuerdo hubiera permitido la vuelta de todos los secuestrados mucho antes. Sin embargo, los líderes actuales son radicales e irresponsables, y como resultado, la guerra continuó», afirmó.
Olmert considera que la rehabilitación de Gaza es esencial desde el punto de vista humanitario y brinda una oportunidad para infundir esperanza a los 2,2 millones de habitantes palestinos que viven en el territorio. No obstante, señala que las condiciones actuales para expandir la ofensiva israelí carecen de un plan estratégico centrado en la seguridad y las oportunidades de lograr un acuerdo.
La propuesta de paz con Nasser Al Qudwa
El ex primer ministro israelí explicó cómo nació su colaboración con el diplomático palestino Nasser Al Qudwa. Según Olmert, la iniciativa surgió tras una serie de conversaciones promovidas por activistas por la paz, que identificaron similitudes en sus puntos de vista sobre la solución al conflicto. Esta propuesta se basa en la creación de dos estados según las fronteras previas a la guerra de 1967, con ajustes territoriales y el intercambio de tierras equivalentes.
Respecto a Jerusalén, el plan propone que las zonas que no eran parte de Israel antes de 1967 sean la capital del futuro Estado palestino, mientras que la Ciudad Vieja estaría gestionada por una comisión internacional integrada por Israel, Palestina, Jordania, Arabia Saudita y Estados Unidos.
Si bien reconoce que en este momento no existe un respaldo amplio para esta alternativa, Olmert destaca la relevancia de esforzarse por modificar la percepción pública tanto en Israel como a nivel global. «Es la única vía para alterar el curso de la historia. Necesitamos esforzarnos para que sea una opción viable», remarcó.
Punto de vista sobre el liderazgo de Netanyahu
Olmert no ahorró críticas hacia Netanyahu y su equipo. De acuerdo con el ex primer ministro, el gobierno actual es «un grupo de personas sin experiencia, sabiduría ni habilidad para enfrentar los desafíos del país». Afirma que más del 60% de los ciudadanos israelíes no respalda a Netanyahu ni a su administración, y que es solo cuestión de tiempo antes de que este escenario se modifique.
Asimismo, Olmert expresó su preocupación por el programa nuclear iraní, destacando que la prioridad no debería ser atacar a Irán, sino evitar que desarrolle armas nucleares. Señaló que Israel tiene la capacidad de infligir un daño significativo al programa nuclear iraní, pero que un ataque completo solo sería posible con la participación de Estados Unidos.
La búsqueda de la paz como un objetivo inquebrantable
A pesar de los retos, Olmert conserva una visión positiva respecto al porvenir. Está convencido de que, para que aquello que no se pudo lograr antes sea alcanzable en el futuro, es fundamental continuar sugiriendo soluciones y esforzarse por ellas. Su dedicación a la paz y su intención de conversar con dirigentes palestinos como Al Qudwa demuestran su aspiración de que, con el tiempo, la región logre hallar un sendero hacia el entendimiento mutuo.